agosto 31, 2015

LA PUBLICIDAD Y LA AUTOESTIMA FEMENINA

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Cuando llegué a vivir aquí, en la frontera con Brasil, una de las cosas que más me llamó la atención fue el desmesurado acento que los programas televisivos brasileños ponen en el culto al físico, principalmente respecto del cuerpo femenino.

Tengo que aclarar ante todo que mi contacto con la cultura brasileña es demasiado incipiente y relativo como para formarme un juicio general sobre una sociedad conformada por doscientos millones de personas, más de la mitad de las cuales son mujeres. Por tanto, mi aproximación de hoy se remite exclusivamente al enfoque que se da sobre el tema a nivel de los medios masivos de comunicación, sin pretender ni por asomo traducir la opinión de la mujer brasileña promedio (¡igualmente ya mi querida amiga Carla me corregirá si estoy haciendo consideraciones apresuradas!)

Lo cierto es que en las dos cadenas televisivas más importantes de Rio Grande do Sul -cuyas señales llegan hasta estas tierras fronterizas- el tema cobra relevancia a cualquier hora en que uno encienda el dichoso aparato: desde las bailarinas de rotundas curvas que sirven como "telón de fondo" a los programas de entretenimientos, pasando por las actrices de telenovela y cantantes populares con rostros y cuerpos sospechosamente perfectos, hasta los reality shows que desafían a adelgazar decenas de kilos en pocas semanas. Ni hablar de la publicidad propiamente dicha: un verdadero bombardeo de productos casi milagrosos para reducir la grasa abdominal, aclarar el cabello, blanquear los dientes, combatir la celulitis, las estrías, el acné, las verrugas ¡y hasta los hongos de los pies! 

Pero lo que resulta más preocupante son las frecuentes referencias que aparecen en los noticieros y programas de contenido policial, a chicas que han muerto o sufrido lesiones irreversibles a raíz de haberse sometido a procedimientos estéticos de dudosa calidad, que les prometían cambiar, corregir o aumentar partes de su cuerpo supuestamente "imperfectas"... La pregunta es: ¿qué lleva a mujeres jóvenes y saludables a exponer de esa manera su vida y su salud -sin mencionar las elevadas sumas de dinero que muchas de ellas invierten, a menudo ahorradas sacrificadamente durante años- en busca de la "perfección" física? 

La respuesta, en mi opinión, tiene que ver con una autoestima muy devaluada, o dicho en palabras de Louise Hay, con una falta total de amor a sí mismas. Ya en 1997 -es decir, hace casi veinte años- esta maestra y conferencista norteamericana escribía en su libro "El mundo te está esperando!":

"Cuando somos unas adolescentes vulnerables se nos bombardea con anuncios que tratan de disminuir nuestra autoestima y hacernos sentir que necesitamos cierto producto para ser atractivas o aceptadas por los demás. Por eso las adolescentes, en cuanto grupo social, se valoran tan poco. Esta mengua de la autoestima y el sentido de la propia dignidad se perpetúa en muchos casos en la edad adulta."

"El otro día oí decir a una niñita de tres años: «No quiero ponerme este vestido. Me hace parecer gorda». Las niñas de diez años hacen dieta para adelgazar. Las escuelas están llenas de niñas con anorexia y bulimia. ¿Qué les estamos haciendo a nuestras hijas?"

"¿Te has fijado cuántas revistas femeninas ofrecen las últimas dietas para adelgazar y luego en el mismo número incluyen recetas de postres que hacen engordar? ¿Qué tipo de mensaje pretenden darnos? Engorda, adelgaza, engorda, adelgaza. No es de extrañar, pues, que haya tantas mujeres haciendo una dieta tras otra. Es imposible vivir de acuerdo con todos los anuncios y mensajes que recibimos de los medios de comunicación."

Como nota distintiva, hay que señalar que en los últimos años han aparecido determinadas campañas publicitarias con un matiz diferente, las cuales pretenden a través de su publicidad generar algún tipo de impacto social, y en vez de utilizar modelos o actrices para promocionar sus productos, apuntan a "mujeres reales" con las que una potencial clienta podría llegar a identificarse mejor. Un ejemplo clásico que me gusta mostrar es el que se ve en el siguiente video:


Esta publicidad -y toda la serie de spots que conformaba la misma campaña- tuvo a mi juicio el enorme mérito de denunciar, al mismo tiempo que promocionaba sus productos, el efecto que ejercen sobre la autoestima de las mujeres los "modelos" de belleza masivamente difundidos. De hecho, cada una de estas piezas publicitarias es un pequeño video motivacional en sí mismo (si no las han visto, se las recomiendo) orientado a resaltar la belleza de las mujeres comunes, a hacerles tomar conciencia de su propia valía. Pero aún en estos casos en que la publicidad cumple aparentemente un rol positivo, no debemos perder de vista que su objetivo fundamental siempre es VENDER; por lo tanto, aún cuando el comercial en cuestión no resulte evidentemente agresivo para nuestra autoconfianza, debemos ejercer en todo momento el discernimiento a fin de asegurarnos de que no encierre una manipulación encubierta, destinada a motivarnos desde la empatía para comprar algo que realmente no necesitamos...

En cualquier caso, es un tema sobre el que deberíamos reflexionar: la mayoría de nosotras sabemos que las mujeres que vemos en los avisos publicitarios NO son reales, al menos no como nos las muestran (no es difícil comprender que detrás del champú milagroso que supuestamente deja el pelo como el de la modelo, hay un pequeño ejército de estilistas, maquilladores, iluminadores y editores de imagen cuyo trabajo es resaltar artificialmente el color, brillo, sedosidad y maleabilidad de la melena en cuestión; o que esa actriz de piernas y trasero perfectos que nos sugiere usar su crema corporal anticelulítica, en realidad debe tal apariencia a un par de oportunas incursiones anuales por el quirófano). Sí, lo sabemos a nivel consciente; no obstante, cuando nos miramos a nosotras mismas en el espejo y sentimos desagrado, rechazo o vergüenza de nuestro propio cabello -tal vez algo opaco o con frizz- o de las líneas irregulares y un poco flácidas de nuestros muslos, significa que a nivel subconsciente seguimos de algún modo acatando esos modelos estéticos absurdos e irreales impuestos desde fuera.

Por eso, el primer paso para hacerte dueña de tu propia vida consiste en llegar a amarte y aceptarte exactamente como eres, aquí y ahora. No cuando bajes esos cinco kilos que ganaste en el verano, ni cuando tengas la voluntad de empezar a ir al gimnasio tres veces por semana, ni cuando ahorres lo suficiente para hacerte una lipo, sino aquí, y ahora. Vamos, empieza por mirarte al espejo en este instante y decirle a tu reflejo, con la mayor convicción posible: "Te amo, y te acepto exactamente como eres".  Al principio tal vez no te lo crees, incluso puede que te sientas ridícula; pero si insistes en la práctica y la repites varias veces al día, con el tiempo te sonará cada vez más auténtico. Y sólo entonces, cuando logres que esa afirmación sea parte de tu sistema de creencias (seré franca: a veces lleva sólo unas semanas, a veces años) estarás en condiciones de proyectar hacia el afuera tu verdadera belleza, que es única e irrepetible porque nace desde dentro y no responde a modelos preconcebidos...

Pero mientras tanto, sería útil que te mantengas alerta a esos mensajes subliminales que te llegan a través de la publicidad, para discernir cuáles y cuánto de ellos estás dispuesta a tomar, y cuáles descartar de plano.  Al respecto, Louise hace tres recomendaciones:
  • "Reúnete con un grupo de amigas y mirad juntas alguna revista para mujeres. Analizad los artículos y los anuncios. Tomad conciencia de lo que estáis mirando y de cuáles son los mensajes subliminales. Tenemos que abrir los ojos. Tenemos que abrir los oídos. ¿Qué es lo que nos muestran en realidad? ¿Qué nos dicen? ¿De qué modo intenta dominarnos la publicidad?"
  • "Me gustaría que  cada vez que viéramos en una revista o por la televisión uno de esos anuncios que insulta la inteligencia de las mujeres, comenzáramos una campaña de protesta; que nos sentáramos, escribiéramos una nota y la enviáramos a la empresa anunciante con la siguiente frase: «¡Cómo se atreve a explotarme! ¡Jamás volveré a comprar su producto!» Si las mujeres enviáramos cartas a los publicistas negativos y manipuladores y sólo compráramos productos de las empresas que nos apoyan con su publicidad, la cosa comenzaría a cambiar."
  • "Si eres madre, demuéstrales a tus hijos de qué forma los explotan los anuncios publicitarios. Analiza con ellos cada anuncio. Pídeles que ellos te muestren lo que hay de manipulador en los anuncios. Enséñales cuando son pequeños y dales el poder para vivir sus vidas con decisiones inteligentes, para que aprendan a actuar en vez de sólo reaccionar."
Y tú, ¿cómo te llevas con la publicidad? ¿Estás segura de tu aspecto y de tu belleza, o sientes que los estándares estéticos promocionados por los medios te afectan y minimizan? ¿Qué sensaciones experimentas cuando te ves en el espejo? ¿Realmente amas y aceptas a la mujer que ves allí, o sólo te mortifican sus defectos? Si quieres contármelo, estaré feliz de leerte...

2 comentarios:

  1. Fantástica reflexión, Kassandra. Ninguna de las dos nos sentimos amenazadas por la publicidad, es verdad. Preferimos que la experiencia avale los productos que usamos. Pero sí tenemos que controlar la presión de los medios en cuanto a nuestras hijas adolescentes se refiere. Ellas son susceptibles de esa "captación" y procuramos no se sientan afectadas. A Dios gracias, ambas Julias parecen tener las ideas claras y la autoestima en su sitio, pero no está de más estar en guardia. Es cierto que todo va encaminado a ser comprado, pero no podemos resistirnos a la belleza y sensibilidad de los anuncios de esa marca... Este video también ha logrado conmovernos. Te seguimos leyendo, amiga. Inspiras paz y seguridad, y eso se contagia.

    Besos a montones de las dos.

    J&Y

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    1. ¡Qué alegría tenerlas por aquí, mis queridas amigas! Bien saben que las admiro muchísimo, no sólo como artistas y emprendedoras sino también como mujeres inteligentes, bellas y estilosas... Es cierto lo que comentan, los adolescentes -y las chicas en particular- son un sector muy permeable a las manipulaciones de la publicidad, y es por eso que nuestra tarea como madres debe ser mucho más comprometida en esas etapas del crecimiento de nuestros hijos. Si vuestras Julias son hoy niñas sensatas y seguras de sí mismas, es porque sus madres indudablemente han hecho un buen trabajo! Ah, y por cierto, yo también adoré la campaña publicitaria de esa marca, por eso la puse como ejemplo; pero tengo claro que consumo sus productos porque realmente me parecen excelentes, y no solamente porque sus anuncios apelen a la sensibilidad... Es uno de esos casos no tan frecuentes en que se reúnen un producto de calidad y una publicidad original, consciente y socialmente responsable.
      Gracias por vuestro aporte, abrazos para ambas!!!
      K.

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