
Hace unos días, al entrar en el blog de Paula, me encontré con que empezaba su post de la siguiente manera: "Honestamente, fue imposible escribir
una entrada decente ya que un niño de cinco años con fiebre y durmiendo
en la cama de sus padres no es precisamente garantía de un descanso
reparador. Sin contar con el hecho de que el colecho llega con
intercambio de virus y esta madre desmesurada está sintiendo el
sospechoso cansancio de la fiebre..."
La coincidencia llegaría a asombrarme si no fuera apenas una perla más en un largo rosario de sincronicidades entre nuestras respectivas vidas que hemos descubierto a lo largo de los últimos meses; pero como a esta altura es prácticamente un hecho asumido por ambas partes, supongo no se ofenderá de que le haya "robado" su introducción para empezar estas reflexiones sabatinas (podría...